"Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza y volverás a consolarme"
(Salmos 71:20-21, RV60)
Normalmente diciembre es un mes festivo, las calles se llenan de adornos navideños y las luces multicolores le dan a la ciudad un ambiente de alegría. Los establecimientos comerciales le apuestan a diciembre como el que puede ser su mejor mes de ventas y en algunos negocios se trabaja arduamente para lograr un buen cierre de año, pero se respira un aire fresco y diferente.
Sin embargo, nuestras vidas de una manera muy particular no responden ni a las estaciones ni a la época del año. Más bien, registran altas y bajas con picos y valles a veces leves y a veces pronunciados. Los tiempos de paz, tranquilidad y armonía son en ocasiones prolongados, pero también sucede que llegan a ser demasiado breves. En fin, una vida normal está plagada de emociones...y de tiempos no tan buenos.
Pasando por situaciones complejas me encontré esta promesa que el Señor tiene para mí (y por supuesto, para tí) en la Palabra. Y he decidido aferrarme a elle porque entiendo que no tengo otra opción que creerle a Dios y depender de Su inmensa fidelidad. Hoy sé que aunque atraviese por momentos difíciles, encontraré VIDA (así, con mayúsculas, con todo lo que ello implica) y Dios mismo me levantará. ¿Qué más podría pedir? Estando en las manos de Dios, estoy en el mejor lugar posible. Él aumentará mi grandeza, me bendecirá y al bendecirme podré reconocer una vez más y proclamar que todo se lo debo a Él, quien es el único que puede hacer que la gloria postrera sea mayor que la primera (Hageo 2:9). Mi Señor volverá a consolarme...
Es reconfortante saber que soy hijo de un Dios vivo, que me ama y cuida de mí. Es hermoso tomar conciencia de que aún en medio de la tormenta mi corazón siempre puede estar de fiesta, porque Jesucristo de Nazareth habita en él y es siempre fiel.
Hoy quiero invitarte a que te apropies de esta promesa, guárdala en tu corazón y proclámala cuando tu vida pase por tiempos de invierno...
Dios te bendiga,
JORGE HERNÁN
(Salmos 71:20-21, RV60)
Normalmente diciembre es un mes festivo, las calles se llenan de adornos navideños y las luces multicolores le dan a la ciudad un ambiente de alegría. Los establecimientos comerciales le apuestan a diciembre como el que puede ser su mejor mes de ventas y en algunos negocios se trabaja arduamente para lograr un buen cierre de año, pero se respira un aire fresco y diferente.
Sin embargo, nuestras vidas de una manera muy particular no responden ni a las estaciones ni a la época del año. Más bien, registran altas y bajas con picos y valles a veces leves y a veces pronunciados. Los tiempos de paz, tranquilidad y armonía son en ocasiones prolongados, pero también sucede que llegan a ser demasiado breves. En fin, una vida normal está plagada de emociones...y de tiempos no tan buenos.
Pasando por situaciones complejas me encontré esta promesa que el Señor tiene para mí (y por supuesto, para tí) en la Palabra. Y he decidido aferrarme a elle porque entiendo que no tengo otra opción que creerle a Dios y depender de Su inmensa fidelidad. Hoy sé que aunque atraviese por momentos difíciles, encontraré VIDA (así, con mayúsculas, con todo lo que ello implica) y Dios mismo me levantará. ¿Qué más podría pedir? Estando en las manos de Dios, estoy en el mejor lugar posible. Él aumentará mi grandeza, me bendecirá y al bendecirme podré reconocer una vez más y proclamar que todo se lo debo a Él, quien es el único que puede hacer que la gloria postrera sea mayor que la primera (Hageo 2:9). Mi Señor volverá a consolarme...
Es reconfortante saber que soy hijo de un Dios vivo, que me ama y cuida de mí. Es hermoso tomar conciencia de que aún en medio de la tormenta mi corazón siempre puede estar de fiesta, porque Jesucristo de Nazareth habita en él y es siempre fiel.
Hoy quiero invitarte a que te apropies de esta promesa, guárdala en tu corazón y proclámala cuando tu vida pase por tiempos de invierno...
Dios te bendiga,
JORGE HERNÁN
No hay comentarios.:
Publicar un comentario