"Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades
y soportó nuestros dolores,
pero nosotros lo consideramos herido,
golpeado por Dios, y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz,
y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Todos andábamos perdidos, como ovejas;
cada uno seguía su propio camino,
pero el Señor hizo recaer sobre él
la iniquidad de todos nosotros.
Maltratado y humillado,
ni siquiera abrió su boca;
como cordero, fue llevado al matadero;
como oveja, enmudeció ante su trasquilador;
y ni siquiera abrió su boca.
Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte;
nadie se preocupó de su descendencia.
Fue arrancado de la tierra de los vivientes,
y golpeado por la transgresión de mi pueblo"
y soportó nuestros dolores,
pero nosotros lo consideramos herido,
golpeado por Dios, y humillado.
Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz,
y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Todos andábamos perdidos, como ovejas;
cada uno seguía su propio camino,
pero el Señor hizo recaer sobre él
la iniquidad de todos nosotros.
Maltratado y humillado,
ni siquiera abrió su boca;
como cordero, fue llevado al matadero;
como oveja, enmudeció ante su trasquilador;
y ni siquiera abrió su boca.
Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte;
nadie se preocupó de su descendencia.
Fue arrancado de la tierra de los vivientes,
y golpeado por la transgresión de mi pueblo"
(ISAÍAS 53:4-8)
Este es, ciertamente, un tiempo de gracia.
Un tiempo para recordar el sentido del sacrificio de Cristo en la cruz.
Por tí y por mí.
Llevó a cuestas nuestras enfermedades y nuestros dolores, no solo los físicos sino también los emocionales. Ciertamente gracias a sus heridas fuimos sanados, esto es algo que ya ocurrió en el Calvario hace dos milenios pero que en el tiempo de Dios es relidad hoy en nuestras vidas...
Fue traspasado por nuestras rebeliones, es decir que la paga por habernos resistido a la voluntad de Dios y haber tomado la decisión voluntaria de no obedecerle no recae ya sobre nosotros, pues Él la recibió en Su propio cuerpo.
Fue molido por nuestras iniquidades y transgresiones, es decir que decidió asumir el precio por cada maldad cometida por nosotros en el pasado, el presente y aún el futuro.
En la Cruz, pensó en tí y lo hizo con Amor, deseando que entendieras algún día la magnitud de Su sacrificio y que respondieras ante él.
Cuando sabes que has recibido un regalo tan grande, no puedes permanecer indiferente, ni verlo como una obligación del Dador para contigo. Como dijo Pablo claramente, "El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron" (2 Corintios 5:14).
¿Te sientes obligado con Jesús? ¿Cómo respondes a tan grande amor?
Hoy toma un tiempo para revisar tu vida a la luz de lo que Dios ha hecho por tí.
Bendiciones sobreabundantes,
JORGE HERNÁN
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