"Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás"
(2 Pedro 1:10, NVI)
¿A qué fuimos llamados? Sabemos que nuestra vida tiene un propósito y que el Señor espera que lo cumplamos a cabalidad. Sin embargo, tristemente, muchas personas no se mueven en dirección a ese propósito por no tener claridad en cuanto a su llamado. Piensan que "servicio" es una palabra que está ligada al desarrollo de un ministerio dentro de la iglesia y quizás sienten que no encajan en ningún ministerio. Pero hay buenas noticias: el Señor es quien nos da los dones y nos capacita para realizar efectiva y eficazmente nuestro llamado.
Y hay algo más. La Escritura nos dice por lo menos diez cosas a las que fuimos llamados, verdades que son de aplicación universal, real y viva para la iglesia del Señor a la cual tú y yo pertenecemos. ¿Cuáles son? Dice la Palabra que hemos sido llamados:
* A ser hijos de Dios (Mat 5:9)
* A ser santos (Ro 1:7, 1 Cor 1:2)
* A ser salvos (Jud 1:1)
* A ser libres (Gál 5:13)
* A ser herederos de bendición (1 Pe 3:9)
* A ser amigos de Cristo (Jn 15:15, Stg 2:23)
* A ser sacerdotes del Señor (Isaías 61:6)
* A tener comunión con Jesús (1 Cor 1:9)
* A vivir en paz (1 Cor 7:15)
* A la vida eterna (1 Tim 6:12)
Quiero que Dios me llene de Su amor, Su gracia y Su poder para poder atender el llamado. Pero algo tengo claro: estos principios son válidos para tí y para mí, y no tengo que buscar mucho para saber si es la voluntad del Rey de Reyes que yo camine en ellos y que los haga vida en mi vida. Te invito a que si no está ocurriendo así contigo, empieces hoy a ponerlos en práctica. Más que tu llamado, son tu legado.
Que el Señor te siga bendiciendo,
JORGE HERNÁN
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