viernes, julio 10, 2009

DEMETRIO

"Porque cierto platero que se llamaba Demetrio, que labraba templecillos de plata de Diana y producía no pocas ganancias a los artífices, reunió a éstos junto con los obreros de oficios semejantes, y dijo: Compañeros, sabéis que nuestra prosperidad depende de este comercio. Y veis y oís que no sólo en Efeso, sino en casi toda Asia, este Pablo ha persuadido a una gran cantidad de gente, y la ha apartado, diciendo que los dioses hechos con las manos no son dioses verdaderos. Y no sólo corremos el peligro de que nuestro oficio caiga en descrédito, sino también de que el templo de la gran diosa Diana se considere sin valor, y que ella, a quien adora toda Asia y el mundo entero, sea despojada de su grandeza."
(Hechos 19:24-27)

Conozco a Demetrio. Es aquel que ha hecho de la religión un negocio, no le interesa realmente cuánto pueda alguien acercarse a Dios sino de que manera explotar su necesidad espiritual para reemplazarla por un falso sustituto, por una devoción mecánica, por un rito vacío. Sabe que "su prosperidad depende de ese comercio" y vive y se lucra a punta de la ignorancia de quienes no han logrado conectarse con un Dios vivo.

Conozco a Demetrio. Es aquel cuyo máximo interés que la gente siga venerando a los grandes dioses de este mundo: el poder, el dinero, el status. No quiere que "su oficio" caiga en descrédito porque mientras las personas sigan poniendo sus ojos en estos distractores que los apartan del Dios verdadero van a experimentar una sensación de vacío cada vez mayor que van a buscar llenar de la manera que sea precisa con tal de complacer a sus dioses: volviéndose adictos al trabajo, en el mejor de los casos. Sobornando, chantajeando, mintiendo. Prostituyendo. Cometiendo delitos de cuello blanco y de los otros. Robando. A veces matando. Lo importante es que los dioses se sientan satisfechos.

Conozco a Demetrio. Es aquel que trabaja cuidadosamente en las imagenes necesarias para alimentar a la Diana de la sensualidad. Sutilmente se desliza en la publicidad, los medios audiovisuales...Es incansable en su tarea de despertar la animalidad de los pecados capitales. Finalmente, ese es su negocio. Se ocupa de decirte que te volviste aburrido, mojigato, santurrón o cualquier otro adjetivo con el que siente que puede descalificarte cuando procuras tener una relación con Dios. Al fin y al cabo está corriendo el riesgo de que la gente termine por pensar que estas cosas carecen de valor.


Conozco a Demetrio. Pero también a Pablo, quien señala que solo hay UN CAMINO, desenmascara a los falsos dioses y aparta a las personas de las sendas que aunque parecen derechas, "su fin es camino de muerte". En la vida, solo tenemos tres opciones: ser como Demetrio, ser como uno de sus fieles seguidores, o ser como Pablo. La decisión está en nuestras manos. Y no parecería tan difícil de tomar. En un mundo hambriento y sediento de respuestas verdaderas, la elección adecuada es ser imitador de Pablo.

¿Qué vas a hacer hoy?

JORGE HERNÁN


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