lunes, mayo 14, 2007

VISIÓN PROFUNDA

“...no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”
(2 Corintios 4:18, RV60)

Dice la Palabra que Dios que Él puso en nuestros corazones un sentido de eternidad (Eclesiastés 3:11), justamente el que necesitamos para tener una mejor apreciación de la vida y aprender a verla como Él la ve. La naturaleza carnal, sin embargo, con frecuencia nos empuja a fijarnos en lo temporal, en lo pasajero...por eso nuestras preocupaciones cotidianas se anclan fácilmente en la situación financiera que estamos viviendo, un problema de salud, una crisis matrimonial, un conflicto con nuestros hijos, en fin, tribulaciones momentáneas que lo que hacen es producir en nosotros “un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Corintios 4:18).

Lo que quiero decir es que las batallas que hoy enfrentamos no deben verse como el eje de nuestra vida, sino como un campo de entrenamiento; no como una condición a la que debemos resignarnos sino como una situación temporal que estamos llamados a superar.

Es cuestión de visión, a lo que el Señor nos está llamando es a ver nuestras luchas cotidianas como el las ve, sacándonos por completo del modo mundano de enfrentarlas.

Cedo la palabra a mi querido hermano Jeff Bueno, quien me envió hace poco esta valiosa reflexión por correo:

“¿Hemos tenido luchas? ¡Qué bueno! Porque Dios sabe que necesitamos ejercer nuestra fe, que necesitamos ejercer lo que Él nos ha dado, porque los justos serán los que tendrán muchas pruebas...no una, sino muchas.

“Hace poco escuché a un apóstol decir que vienen cosas nuevas, tiempos diferentes,
tiempos donde tendremos que estar preparados para enfrentar, para vencer, y Dios
nos ha estado capacitando. Por eso sé que la lucha de hoy, es por causa de la victoria de mañana, no solo mi victoria sino la de los millones que vienen tras de mí, es importante parar y mirar, para ver que es por causa de ellos que nostros estamos acá.

“No es tiempo de perder el tiempo, y hay muchas cosas que nos ayudan a perderlo pensando que están bien, que estamos bien, que hemos hecho lo mejor.

“Dios dice: NO, es tiempo de caminar, de conquistar, de poner por obra nuestra fe. Es tiempo de dar lo excelente, no simplemente lo mejor, porque lo que Dios te ha dado a ti y a mi no es lo mejor, es lo excelente, es a su Hijo.

“Así que te invito a salir de tus problemas y mirar los problemas del mundo, de los jóvenes, de las madres, de las naciones, porque cuando le creemos a Dios y dejamos a un lado nuestra vida por causa de los demás, entonces el Reino y Su Gloria de manifestarán.

“Deja de pensar en ti. No es por ti. Es por ellos, como Él por nosotros.

“¡¡¡¡¡¡ El Reino de Dios opera cuando hay una muerte de ti mismo.!!!!!!!.

“Deja de ver con ojos pequeños y mira con visión eterna!”

Estas palabras me animan a pensar en que debo buscar la dirección de Dios para mi vida, no perderme en senderos que no llevan a ninguna parte, sino mantener los ojos puestos en Él y pedirle que guíe cada uno de mis pasos para que yo pueda así cumplir Su buena, agradable y perfecta voluntad, entendiendo que después de formarme en el campo de entrenamiento tengo que salir al verdadero campo de batalla para alcanzar a otros para Cristo, para extender el Evangelio del Reino al lugar donde Dios me ha sembrado (mi familia, mi empresa, mi universidad, mi colegio, mi barrio) y más allá...a las Naciones.

Al atravesar por momentos difíciles solo puedo pensar tres cosas: primero, que necesito experimentar la confianza de que Dios se está haciendo cargo de todo; segundo, que hay un propósito por el cual el Señor me está permitiendo vivir aquello por lo que estoy pasando; tercero, que Él tiene en mente cosas grandes y la preparación que hoy estoy enfrentando, como dice Jeff, no es por mí, es por ellos y por causa del Reino.

Hoy te animo a buscar la dirección de Dios y a pedirle una nueva visión que te posibilite enfrentar las circunstancias adversas de una nueva manera.

La bendición del Señor esté contigo hoy y siempre,

JORGE HERNÁN

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