martes, mayo 29, 2007

EL MUNDO VA

"No se mezclen con las naciones que aún quedan entre ustedes. No rindan culto a sus dioses ni juren por ellos."
(Josué 23:7, NVI)


Titulé esta reflexión con el nombre de una hermosa canción que oí entonar a un coro juvenil el domingo pasado. Es una canción habla de la fuerza arrolladora de la presión de grupo, que muchas veces nos lleva a pensar como los demás, hablar como los demás, obrar como los demás. Fácilmente la cultura nos envuelve y nos cuesta luchar contra la corriente, nos falta determinación para pararnos en la brecha y mostrar que somos excelentemente diferentes.

Son tiempos de realidades virtuales, y el virtualismo nos ha enseñado a romper ciertas fronteras que jamás debimos romper. Los juegos interactivos de hoy nos permiten experimentar virtualmente sexo y violencia ilimitados, mientras nos mantenemos en la apariencia de vidas respetables porque creemos que realmente solo estamos jugando. El problema es que nos empezamos a desensibilizar y por extensión trasladamos este enfoque a nuestra vida cotidiana como si se tratara de un simple juego. Entonces lo que antes nos parecía grave y pecaminoso nos deja de parecerlo, e imitamos conductas reprobables que vemos en los demás simplemente porque "todo el mundo lo hace".

La advertencia del Señor en el sentido de no mezclarnos sigue siendo válida hoy, aquí y ahora. No mezclarnos significa ser radicales, que es muy diferente a ser fanáticos religiosos. Implica vivir vidas íntegras, sin dobleces, fragmentaciones ni fracturas aunque sintamos que la corriente nos empuja en determinada dirección. Supone cumplir el mandato aquel de esforzarnos y ser muy valientes porque se necesita valor para ser discípulos de Cristo y testimonios de vida en un medio hostil. Si a veces mantenemos nuestra condición de cristianos en secreto es quizás por lo difícil que nos resulta asumirla cuando todo nuestro entorno tiene la mirada puesta en otros dioses. Es complicado pararse en la brecha y no ir "donde va Vicente".

Pero Jesucristo de Nazareth nos llama a otra cosa, a atrevernos a ser diferentes. En una sociedad donde los homosexuales están "saliendo del closet", donde grupos extremistas como los nazis lo hacen sin ningún resquemor, donde las minorías de cualquier naturaleza proclaman con orgullo su diferencia, muchos cristianos estamos guardando un penoso silencio y mimetizándonos como los demás.

¿Qué vas a hacer hoy al respecto?

Bendiciones,


JORGE HERNÁN

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