martes, noviembre 28, 2006

REPARANDO LAS GRIETAS

"Así dice el Santo de Israel: «Ustedes han rechazado esta palabra; han confiado en la opresión y en la perversidad, y se han apoyado en ellas. Por eso su iniquidad se alzará frente a ustedes como un muro alto y agrietado, a punto de derrumbarse: ¡de repente, en un instante, se desplomará! Su iniquidad quedará hecha pedazos, hecha añicos sin piedad, como vasija de barro: ni uno solo de sus pedazos servirá para sacar brasas del fuego ni agua de una cisterna.»"
(Isaías 30:12-14, NVI)

Cuenta el Segundo Libro de Reyes en su capítulo 12 que el rey Joás mandó reparar las grietas del templo de Jerusalén y que le dio una especial importancia a este encargo, al punto de que todo el dinero que se llevaba al templo era utilizado en pagar a los operarios que tenían a su cargo esta tarea. Y al releer esta historia me resulta imposible no pensar en las grietas de las que habla el profeta Isaías, que no son físicas pero sí más demoledoras porque socavan el templo del Espíritu Santo que dice la Escritura que somos nosotros.

En nuestra insensibilidad espiritual, tristemente, con frecuencia vemos el muro alto que se levanta frente a nosotros y no nos damos cuenta de que está agrietado y a punto de derrumbarse, como resultado de nuestra vana persistencia en apoyarnos en nuestras propias obras. Queremos exhibir el muro y nos autoconvencemos de que es imponente pero si no trabajamos en reparar las grietas, se nos vendrá encima y terminaremos aplastados.

Ya he comentado en otras ocasiones el concepto de gracia transformadora, la gracia de un Dios que nos ama tanto que nos acepta como somos pero cuyo amor es tan inmenso que se resiste a dejarnos así, y por eso de antemano preparó buenas obras, fruto del moverse de Su Espíritu en nuestras vidas, para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10).

Hoy quiero invitarte a revisar tu estilo de vida, el cual debe estar reflejando lo que Jesucristo ha hecho en tí. Examina si la sorprendente gracia de Dios ha producido una transformación interior profunda en tí, o si estás conviviendo con grietas con las que te has acomodado a vivir, grietas de pecado que se te han vuelto casi familiares a fuerza de consentirlas. Y, mi querido hermano, si las encuentras, no tardes en ir a la presencia del Maestro para que con su ayuda puedas repararlas.
Verás que el resultado es poderoso.

La paz de Jesucristo que sobrepasa todo entendimiento sea contigo en este día,

JORGE HERNÁN

jueves, noviembre 23, 2006

UN DIOS CONOCIDO

"Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas."
(Hechos 17:22-25, RV60)

Releo el capítulo 17 del libro de los Hechos, y viene a mi memoria el día de mi primer sermón. Trabajé sobre este texto porque me impactó la manera en que Pablo se dirigió a un pueblo religioso como el ateniense, que adoraba a un Dios al que verdaderamente no conocía. Muchos años después tuve ocasión de compartirlo con un grupo de personas en una iglesia mormona durante el servicio fúnebre del padre de una amiga.

Y al repasar todas las cosas que Dios me ha enseñado a lo largo de estos años de caminar en Él, no deja de sorprenderme ver cuán reales y vívidas siguen siendo estas palabras para la mayoría de la gente. Vivimos en medio de un pueblo tremendamente religioso y supersticioso, apegado a devociones tristemente lejanas del conocimiento del verdadero Dios. Un muy conocido himno católico dice "saca a Dios de los templos donde lo encerramos hace tantos años" y me maravilla ver que aún muchos de los que lo entonan han perdido de vista la profunda verdad contenida en lo que están cantando.

Los seres humanos hemos reducido a Dios en las proporciones suficientes para comprenderlo; por eso nos hemos quedado con las imagenes y los templos, sin entender como claramente lo afirmó Pablo, que "el Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas." Dios supera largamente nuestro entendimiento, y esto es así por la elemental razón de que es el Señor de la Creación y no necesita de nada. Sin embargo, por no conocerlo, preferimos quedarnos con una dimensión de Dios que nos quepa en la cabeza. Un Dios bombero al que acudimos cuando estamos en dificultades, pero que no tiene suficiente tiempo para oir todas nuestras plegarias y por eso nos parece que a veces no nos oye; un Dios poderoso, sí, pero con un poder limitado como para solucionar solamente las cosas que a nuestro modo de ver son solucionables, porque nos da la sensación de que los milagros son cosa de otro tiempo.

La Biblia nos habla de un Dios personal, un Dios que se interesa genuinamente por tí y por mí, aunque a veces no logremos entender cómo es esto posible. Aún el sacrificio de Cristo en la cruz ha perdido valor ante nuestros ojos a fuerza de habernos insensibilizado frente a las múltiples imagenes de nuestro Señor crucificado, a fuerza de verlo en las películas, en los libros, en las obras de arte, en fin...

Hoy simplemente quiero invitarte a reflexionar en que Jesucristo de Nazareth, el Rey de Reyes y el Señor de Señores, es un Dios que está interesado en que nos relacionemos personal e íntimamnete con Él. Quiere que rompamos los esquemas, que abandonemos los paradigmas y aún las ideas preconcebidas que tenemos en torno a Él, y nos dediquemos a buscar Su rostro, nos interesemos por conocerlo y aprender de Él.
Jesús quiere ser tu amigo, quiere ser mi amigo, y quiere en lo más interno de Su ser, que tú y yo revisemos la calidad de nuestra relación con Él y nos comprometamos de verdad a seguirlo.

Ese es el reto. La verdadera decisión de esta generación. Tú decides.

Mi Señor, el Dios conocido, te siga bendiciendo,

JORGE HERNÁN



martes, noviembre 21, 2006

EN LA BOCA DE LOS LEONES

"El rey entonces dio órdenes que trajeran a Daniel y lo echaran en el foso de los leones. El rey habló a Daniel y le dijo: Tu Dios, a quien sirves con perseverancia, El te librará. Trajeron una piedra y la pusieron sobre la boca del foso; el rey la selló con su anillo y con los anillos de sus nobles, para que nada pudiera cambiarse de lo ordenado en cuanto a Daniel. Después el rey se fue a su palacio y pasó la noche en ayuno; ningún entretenimiento fue traído ante él y se le fue el sueño. Entonces el rey se levantó al amanecer, al rayar el alba, y fue a toda prisa al foso de los leones. Y acercándose al foso, gritó a Daniel con voz angustiada. El rey habló a Daniel y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, tu Dios, a quien sirves con perseverancia, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, que cerró la boca de los leones, y no me han hecho daño alguno porque fui hallado inocente ante El; y tampoco ante ti, oh rey, he cometido crimen alguno. El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Cuando Daniel fue sacado del foso, no se encontró en él lesión alguna, porque había confiado en su Dios."
(Daniel 6:16-23, LBLA)

Hace algunos días tuvimos ocasión de hacer una reflexión grupal sobre todo el capítulo sexto del libro de Daniel, el cual indudablemente es muy rico en enseñanzas, como de hecho lo es toda la Palabra de Dios.

Pero entre las cosas que me impactaron fue reconocer que cotidianamente nos vemos, al igual que Daniel, a leones fieros que nos acechan y de hecho muchas veces nos sentimos acorralados y sin salida, al igual que debía verse el profeta.

Sin embargo, cuando las circunstancias nos son adversas hay algo determinante en el resultado final, y es nuestra actitud. El relato bíblico no nos dice qué pensó Daniel en esa larga noche, ni en qué modo exactamente ocurrieron los hechos, pero es categórica al afirmar que "no se encontró en él lesión alguna, porque había confiado en su Dios". La fe le dio la victoria.

Quizás tus leones y los míos no se parezcan mucho a la imagen tradicional del rey de la selva, pero a veces son mucho más feroces y sobre todo, los enfrentamos con más temor. Dificultades, dudas, enfermedades, discordias...existe una infinita gama de leones con los que tenemos que luchar cada día. Y de nosotros depende escoger entre la desesperanza o la fe, entre las limitaciones de la realidad material o la capacidad ilimitada que brinda la realidad espiritual, entre la impotencia humana y el poder de Dios. Como ves, esta decisión es un asunto de fe.

¿Cuáles son tus leones? ¿Cómo les vas a hacer frente? Quizá valga la pena recordar las palabras de Josué 23:14: "He aquí, hoy me voy por el camino de toda la tierra, y vosotros sabéis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma que ninguna de las buenas palabras que el Señor vuestro Dios habló acerca de vosotros ha faltado; todas os han sido cumplidas, ninguna de ellas ha faltado".

Que Dios siga bendiciéndote,

JORGE HERNÁN

jueves, noviembre 16, 2006

VICTORIA A TRAVÉS DE LA FE

"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe."
(1 Juan 5:4)

Cuando miro hacia atrás y veo el camino por el cual me ha traído el Señor no puedo menos que regocijarme y darle gracias por Su amor infinito. Comprendo que he atravesado momentos extraordinariamente difíciles y sin embargo estoy "al otro lado del Jordán", porque he creído en el Dios poderoso y maravilloso que me creó y me cuida a cada instante.

Vivir situaciones críticas no es extraño para el ser humano. De hecho, todos sabemos que el carácter se forma y solidifica especialmente en los momentos de crisis. Esto es verdad para mí y también para tí, solo que cada uno de nosotros es una creación única y por lo tanto hay ciertas vivencias frente a las cuales somos más o menos vulnerables que otros. Hay quienes afrontan las situaciones más terribles pero se desmoronan frente a un problema de salud, líderes empresariales capaces de rescatar a una compañía de la quiebra pero que trastabillan a la hora de enfrentar una crisis familiar, guerreros espirituales que batallan en oración contra dificultades inmensas pero que tambalean cuando ven su billetera vacía. Afrontar eventos críticos no es fácil pero hace parte del hermoso proceso de transformación que Cristo está interesado en abordar conmigo y contigo.

Releo la promesa a la que se refiere San Juan: todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. ¡Qué frase tan espectacularmente poderosa! Afirma una verdad espiritual incontrovertible: no hay problema lo suficientemente grande como para que Dios no lo pueda manejar, ni hay nada en el mundo frente a lo cual nosotros - nacidos de Dios - no tengamos en nuestras manos la victoria.

"...Y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe". Cuando de verdad tenemos fe, es decir cuando conocemos realmente a Aquel en el cual hemos creído sabemos que la victoria ya es un hecho, y que no existe ninguna circunstancia que anule esta realidad. A veces darnos cuenta de que desde el comienzo ya eramos vencedores toma tiempo, pero cuando nos aferramos a la Verdad que está contenida en la Palabra no podemos menos que sonreir y dar gracias a Dios por hacernos "más que vencedores".

Te invito a que te tomes unos minutos y agradezcas a Dios por darte una vida victoriosa y porque, pase lo que pase, Cristo ya ganó la victoria para tí. Simplemente confía, y verás cuán cierto es.

Bendiciones en Jesucristo para tí y los tuyos,

JORGE HERNÁN

lunes, noviembre 06, 2006

NUESTRO DIOS ES DIOS ALEGRE

"Que está en medio de ti Yahvé
como poderoso Salvador;
se goza en ti con alegria,
te renovará en su amor,
exultará sobre ti con júbilo"
(Sofonías 3:17, NC)


¡Qué hermosa verdad la contenida en esta poderosa escritura! Para mí es un verdadero gozo escuchar cada semana en la iglesia el jubiloso cántico de Aline Barros que nos recuerda que tenemos un Dios alegre, pero cuando releo esta cita y veo que yo soy motivo de gozo para mi Señor, entonces no puedo dejar de experimentar una alegría extraordinaria.

Tengo un Dios poderoso que me renueva cada día, que me ama tanto que aunque yo era un pecador completamente alejado de Él, vino a morir en la cruz por mí. Sin embargo, no se conformó con dejarme así. Su gracia es transformadora y Él está en medio de mí para tratar conmigo y hacer que yo mengüe a fin de que Él crezca. Es justamente Su amor el que produce en mí la renovación de mi mente y mi espíritu cuando yo me dispongo verdaderamente a verlo obrar en mi vida.

De un tiempo para acá, Dios viene haciendo una cirugía espiritual profunda en mi vida y lo primero que ha abordado es mi actitud. Está trabajando en ella, puliendo cada detalle, y a veces sacando una que otra espina, en ocasiones desde muy adentro, pero sé que cada vez que ve cómo avanza la buena obra que comenzó en mí, se goza. Me agrada imaginar a Jesucristo sonriendo tierna y alegremente cuando observa el fruto de Su Espíritu obrando en mi vida.

Amigo, tenemos un Dios alegre, y hoy te invito a hacerle sonreir. Déjate transformar por Él. Confía simplemente.

Bendiciones sobreabundantes en Cristo Jesús,

JORGE HERNÁN