jueves, noviembre 16, 2006

VICTORIA A TRAVÉS DE LA FE

"Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe."
(1 Juan 5:4)

Cuando miro hacia atrás y veo el camino por el cual me ha traído el Señor no puedo menos que regocijarme y darle gracias por Su amor infinito. Comprendo que he atravesado momentos extraordinariamente difíciles y sin embargo estoy "al otro lado del Jordán", porque he creído en el Dios poderoso y maravilloso que me creó y me cuida a cada instante.

Vivir situaciones críticas no es extraño para el ser humano. De hecho, todos sabemos que el carácter se forma y solidifica especialmente en los momentos de crisis. Esto es verdad para mí y también para tí, solo que cada uno de nosotros es una creación única y por lo tanto hay ciertas vivencias frente a las cuales somos más o menos vulnerables que otros. Hay quienes afrontan las situaciones más terribles pero se desmoronan frente a un problema de salud, líderes empresariales capaces de rescatar a una compañía de la quiebra pero que trastabillan a la hora de enfrentar una crisis familiar, guerreros espirituales que batallan en oración contra dificultades inmensas pero que tambalean cuando ven su billetera vacía. Afrontar eventos críticos no es fácil pero hace parte del hermoso proceso de transformación que Cristo está interesado en abordar conmigo y contigo.

Releo la promesa a la que se refiere San Juan: todo lo que es nacido de Dios vence al mundo. ¡Qué frase tan espectacularmente poderosa! Afirma una verdad espiritual incontrovertible: no hay problema lo suficientemente grande como para que Dios no lo pueda manejar, ni hay nada en el mundo frente a lo cual nosotros - nacidos de Dios - no tengamos en nuestras manos la victoria.

"...Y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe". Cuando de verdad tenemos fe, es decir cuando conocemos realmente a Aquel en el cual hemos creído sabemos que la victoria ya es un hecho, y que no existe ninguna circunstancia que anule esta realidad. A veces darnos cuenta de que desde el comienzo ya eramos vencedores toma tiempo, pero cuando nos aferramos a la Verdad que está contenida en la Palabra no podemos menos que sonreir y dar gracias a Dios por hacernos "más que vencedores".

Te invito a que te tomes unos minutos y agradezcas a Dios por darte una vida victoriosa y porque, pase lo que pase, Cristo ya ganó la victoria para tí. Simplemente confía, y verás cuán cierto es.

Bendiciones en Jesucristo para tí y los tuyos,

JORGE HERNÁN

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