lunes, septiembre 18, 2006

EN SINCRONÍA CON DIOS

"Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos, afirma el Señor. Mis caminos y mis pensamientos son más altos que los de ustedes; ¡más altos que los cielos sobre la tierra!"
(Isaías 55:8-9)


Muchas veces hemos oído hablar del tiempo de Dios, y muchas veces se nos ha dicho que es distinto al nuestro, pero cuesta entenderlo en lo profundo de nuestro corazón. Sin embargo, si nos remontamos a las Escrituras, vemos en 2 Corintios 6:2 la expresión "tiempo aceptable", a la que en otras versiones se le da el sentido de "propicio", "favorable" u "oportuno". Lo que eso significa es simple y llanamente que Dios nunca se equivoca en el manejo de tiempos. Finalmente es omnisciente y por tanto Su sabiduría rebasa con creces a la nuestra.

Pero nosotros, a pesar de nuestras limitaciones, creemos a veces que sabemos más que Dios. Aunque no lo verbalicemos de ese modo, de hecho con frecuencia le reclamamos porque no encontramos una respuesta a nuestras ocasiones que nos satisfaga. Queremos que las cosas se resuelvan a nuestra manera y cuando digamos. En últimas, esperamos contar con un Dios de bolsillo y olvidamos que estamos tratando con el "dueño del aviso", el Señor de la Creación, el Alfa y la Omega...Dios, quien todo lo sabe y todo lo puede, y que tiene todas las circunstancias bajo control.

Ayer sintonicé por casualidad una prédica del pastor Jhon Milton Rodríguez y decía más o menos: "aprende a esperar el tiempo de Dios para que, cuando Él considere que ha concluido tu proceso de formación y estés preparado para recibir la bendición, puedas efectivamente recibirla sin que te dañe". Espectacular. A veces creemos que estamos preparados para recibir la respuesta que queremos a nuestras oraciones, y en el fondo lo que el Señor quiere que comprendamos es que el proceso de "preparación" solo concluye en Su tiempo, cuando Él considera que todas las áreas que necesitaban ser moldeadas por Su mano durante el proceso ya han sido trabajadas.

Por cierto, hace unos días recibí de una amiga una sugerencia para "agilizar" el proceso, que hoy comparto contigo: sea lo que sea que estés viviéndolo, trabájalo en oración con el Señor, pídele que te muestre qué aspectos de tu vida están siendo confrontados en el momento que estás viviendo y pídele que obre una perfecta sanidad en ti. Esta es la única manera en la que puedes irte sincronizando con Dios.

Dios te siga bendiciendo,

JORGE HERNÁN

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