martes, septiembre 19, 2006

NUEVAS CRIATURAS

"Cuando alguien se convierte a Cristo, se transforma en una nueva criatura. Su existencia anterior queda atrás, y él comienza a vivir una nueva vida, a ser parte de una nueva creación"
(2 Corintios 5:17, Castilian)


Hoy quiero seguir reflexionando sobre el concepto de la gracia transformadora. Me parece que muchos creyentes, después de asombrarnos con el concepto cristiano de la gracia empezamos a familiarizarnos con él a tal punto que comenzamos a manosearlo, e incluso a convertirlo en una licencia para pecar. Creemos que por haber repetido una oración de fe estamos blindados contra la condenación olvidando la amonestación de Pablo en Romanos 6:15 (NVI): "Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera!".

Un verdadero discípulo de Cristo, que lo ha recibido verdaderamente por fe en su corazón, empieza a descubrir que la aceptación del señorío de Cristo le conduce a un proceso vivencial de transformación. Y en ese proceso la nueva criatura se despoja de las "cosas viejas": malos deseos, hábitos poco sanos, pensamientos inapropiados, etc. Comenzamos a ser parte de una nueva creación, como dice la Escritura, y ello implica olvidarnos de lo que quedó atrás y proyectarnos hacia el futuro en una nueva y poderosa dimensión. Nuestra existencia anterior pierde sentido, lo que importa es el Camino que tenemos por delante.

La gracia transforma. Los cristianos tenemos que ser diferentes, se nos tiene que notar que andamos con Jesús, como nos relata Hechos 4:13 que les ocurrió a Pedro y a Juan. Si después de haber declarado que le entregamos nuestra vida a Cristo seguimos iguales es muy probable que nuestra rendición no haya sido genuina; quizás nos faltó "creer con el corazón". En ese caso, más vale que reflexionemos, nos examinemos nosotros mismos, y luego vayamos a la presencia del Señor para decirle: "Nunca es tarde. Aquí estoy para rendirte mi vida, reconocer mi pecado y aceptarte como Señor y Salvador. Me arrepiento de haberte contristado pero a partir de hoy quiero caminar en el centro de Tu voluntad bajo la tutela de tu Santo Espíritu. Al recibirte hoy de verdad quiero empezar a ver cambios en mi vida, anhelo que se me note que soy un discípulo tuyo. Te lo ruego, Jesús. Amén".

Dios te siga bendiciendo,

JORGE HERNÁN

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