jueves, septiembre 21, 2006

OREN

"Oren sin cesar"
(1 Tes 5:17, NVI)

"Dedíquense a la oración: perseveren en ella con agradecimiento"
(Colosenses 4:2, NVI)


Esta mañana estábamos reunidos con unos amigos y traíamos a la memoria las palabras de un muy querido pastor quien después de que se le pedía consejo por cualquier situación, aún la más compleja, respondía invariablemente (supongo que lo sigue haciendo): "ore". Recuerdo que por mucho tiempo pensé que era una respuesta simplista, incluso a veces me parecía insensible, pero con el tiempo llegué finalmente a descubrir que pese a su simplicidad encerraba una profundidad asombrosa, porque efectivamente la oración es la llave del Reino.

En las dos escrituras que cito al comienzo, el apóstol Pablo nos invita a llevar una vida de oración, y ese debería ser el ideal para cualquier creyente. Sin embargo, a veces y debido al sinnúmero de paradigmas que manejamos asociamos el concepto "vida de oración" con un convento de monjes contemplativos, con algún santo asceta del medioevo o hasta con el término más degradante y degradado de "viejitas rezanderas". Lo que Dios espera, sin embargo, nada tiene que ver con eso. Él realmente anhela comunión, una tan grande y tan intensa que realmente aprendamos a escuchar Su voz y a seguirle, pero no es posible alcanzarla si no aprendemos a involucrar la oración continua y perseverante como parte de nuestra cotidaneidad.

La oración nos pone inmediatamente en la presencia de Dios y por consiguiente permite que a nuestra disposición estén Su poder, Su amor, Su gracia y todos los demás atributos que el Señor tiene para canalizar a través de nosotros cuando nos disponemos como vasos para que Él fluya. Pero la oración además se vuelve un arma especialmente poderosa cuando se practica comunitariamente: "dos o más" podemos acabar con legiones, y así lo entendía la iglesia primitiva cuyas reuniones tenían la oración por núcleo esencial. Por eso cuando la practicamos en pareja, en familia, o en comunidad, adquiere una dimensión diferente.

No sé qué situación estarás viviendo hoy, pero te doy un consejo: "ora".

Dios te bendiga,

JORGE HERNÁN

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